Soluciona los problemas típicos de impresión.
La impresora es uno de los periféricos conectados al PC que más problemas da al usuario. Desde una configuración errónea hasta incidencias mecánicas, en las siguientes líneas encontraréis la solución a los fallos más habituales.
TRUCO 1. Combate los atascos del papel
Este es el problema más común con la impresora, con dos variantes: o bien el papel sale doblado y destrozado con algo parecido a lo que queríamos ver impreso en él, o bien se queda dentro de la máquina atascado en algún punto del recorrido. El primer caso no tiene más relevancia: comprobamos que las hojas en la bandeja están bien alineadas y volvemos a probar. Cuando el papel se ha quedado en el interior, es necesario desconectar la impresora de la alimentación para evitar accidentes con los elementos móviles y abrir todos los compartimentos.
En función del modelo, lo habitual es descubrir el frontal para alcanzar la zona por la que sale el papel impreso. En modelos más grandes, también encontraremos puertas laterales e incluso traseras. Sea como fuere, nuestro propósito es abordar el atasco desde el mejor ángulo posible para proceder a la extracción del papel. Lo haremos con firmeza, pero con cuidado y despacio para impedir que se rompa y algún trozo bloquee el circuito. Una vez subsanada la obstrucción, volvemos a cerrar todas las tapas y encendemos de nuevo.
Existe la posibilidad de que, a pesar de tener cuidado y creer que hemos retirado el papel, la impresora siga mostrando el mensaje de atasco y no funcione. Así, probamos a apagar y encender la máquina para que se reinicie y vuelva a la normalidad. Si no es así, seguramente algún trozo de papel se ha atorado en una zona no visible. En este caso, haremos una búsqueda concienzuda. Si resulta infructuosa, insistiremos con dos o tres encendidos/apagados más, pues a veces el trozo perdido se desplaza y libera el mecanismo. Si todo es vano, no habrá más remedio que llamar al técnico.
En función del modelo, lo habitual es descubrir el frontal para alcanzar la zona por la que sale el papel impreso. En modelos más grandes, también encontraremos puertas laterales e incluso traseras. Sea como fuere, nuestro propósito es abordar el atasco desde el mejor ángulo posible para proceder a la extracción del papel. Lo haremos con firmeza, pero con cuidado y despacio para impedir que se rompa y algún trozo bloquee el circuito. Una vez subsanada la obstrucción, volvemos a cerrar todas las tapas y encendemos de nuevo.
Existe la posibilidad de que, a pesar de tener cuidado y creer que hemos retirado el papel, la impresora siga mostrando el mensaje de atasco y no funcione. Así, probamos a apagar y encender la máquina para que se reinicie y vuelva a la normalidad. Si no es así, seguramente algún trozo de papel se ha atorado en una zona no visible. En este caso, haremos una búsqueda concienzuda. Si resulta infructuosa, insistiremos con dos o tres encendidos/apagados más, pues a veces el trozo perdido se desplaza y libera el mecanismo. Si todo es vano, no habrá más remedio que llamar al técnico.
Truco 2. No mezcles soportes distintos.
La mayoría de los problemas de atasco de papel se debe a una colocación defectuosa en la bandeja. Debemos comprobar que las hojas están bien centradas en su lugar. Además, conviene no mezclar papel de diferente tamaño y gramaje. Y, por supuesto, en ninguna circunstancia hemos de superar el gramaje máximo que admite nuestra impresora.
También es importante tener cuidado con los formatos especiales, como sobres u hojas de etiquetas. Los primeros son susceptibles de enredarse en el recorrido, mientras que las segundas, si están medio levantadas, pueden impedir la correcta circulación de la hoja en el interior de la impresora.
Truco 3. Gestiona bien la cola de impresión
Cuando la incidencia no es de tipo mecánico y el periférico se ha bloqueado en algún trabajo, normalmente, la causa se encuentra en una saturación de la memoria. En un escenario monopuesto, esto es, que la impresora se conecta a un solo PC de forma directa, debemos operar desde dicho ordenador. Para ello, seguimos la ruta Panel de Control/Impresora. Consultamos la lista de trabajos en cola de impresión y cancelamos el que está bloqueado.
En entornos de impresión administrados, ya sea desde el sistema operativo o desde el software de la impresora, la solución es menos evidente, por lo que emplazamos su explicación a un nuevo artículo centrado en la gestión de los permisos de usuario, que desarrollaremos en el futuro.
Otro posible escenario consiste en que el trabajo que imprimimos es muy grande y excede la capacidad de la memoria de la impresora. O, en el caso de una unidad con varias bandejas de papel, intentamos imprimir en un soporte que no tenemos cargado. En el primer caso (normalmente ante imágenes muy grandes) es necesario convertir el formato a uno que ocupe menos. En el segundo, debemos cerciorarnos de que usamos la bandeja de papel adecuada y que ésta tiene soportes suficientes.
En entornos de impresión administrados, ya sea desde el sistema operativo o desde el software de la impresora, la solución es menos evidente, por lo que emplazamos su explicación a un nuevo artículo centrado en la gestión de los permisos de usuario, que desarrollaremos en el futuro.
Otro posible escenario consiste en que el trabajo que imprimimos es muy grande y excede la capacidad de la memoria de la impresora. O, en el caso de una unidad con varias bandejas de papel, intentamos imprimir en un soporte que no tenemos cargado. En el primer caso (normalmente ante imágenes muy grandes) es necesario convertir el formato a uno que ocupe menos. En el segundo, debemos cerciorarnos de que usamos la bandeja de papel adecuada y que ésta tiene soportes suficientes.
TRUCO 4. Manipula el tóner con mucho cuidado

Conviene tener cuidado y usar una hoja de papel o una toallita húmeda para recoger el tóner perdido. No lo inhaléis ni uséis agua bajo ningún concepto. También existen unas aspiradoras diseñadas para ello, con unos accesorios que permiten el aspirado en superficies de difícil acceso, como una alfombra o determinadas prendas de ropa.
TRUCO 5. Elimina la tinta con agua bien fría
Aunque es complicado que la tinta se salga, porque los cartuchos van cerrados y sellados, en el caso de los rellenables o de segunda mano la posibilidad es más alta. Para limpiar la tinta no hay un método infalible, pues depende de la superficie y la composición de la misma. En el caso de las manos, debemos usar un jabón abrasivo para piel y agua fría lo más rápidamente posible.
En manchas sobre tejido blanco, usaremos lejía y agua fría, frotando con un cepillo la superficie a limpiar. Nunca utilizaremos agua templada o caliente, pues fija el color. En el caso del tejido de color, la lejía puede desteñir la ropa; es mejor usar amoníaco jabonoso con agua fría. En cualquier caso, lo ideal es probar en un trozo pequeño de superficie y comprobar los resultados. Y sobre todo, empezar con poco producto e ir aumentando la dosis.
TRUCO 6. Limpia los residuos de la impresora
Sin duda, el interior de la impresora es lo más difícil de limpiar. Lo primero es apagarla, salvo que para acceder a los cartuchos sea necesario que esté encendida. A continuación, quitamos con cuidado el cartucho roto y evaluamos si es mejor limpiar o no lo manchado, pues, al hacerlo, puede que la tinta se expanda por el interior. Para limpiar, usaremos alcohol isopropílico y trapos que no suelten pelo (como las gamuzas para limpiar las gafas, de microfibra).
A continuación, encendemos de nuevo e imprimimos páginas de prueba para comprobar que no quedan restos que manchen los trabajos impresos. Normalmente tras cuatro o cinco pruebas el problema estará resuelto. Si no, posiblemente los restos de tinta llevarán a un problema mayor y necesitaremos del servicio técnico.
Truco 7. Cómo actuar si falla la corriente.
Ante una repentina caída de la alimentación eléctrica durante una impresión, lo primero es apagar la impresora (aunque no haya electricidad puede volver en cualquier momento y no es buena idea manipular el interior de la máquina y sufrir lesiones por una puesta en marcha inesperada). Abrimos la impresora para comprobar que no se ha quedado papel atrapado en los rodillos y, si fuera así, lo retiramos como explicamos al principio del artículo. Tras volver la electricidad, encendemos de nuevo y ejecutamos una prueba de impresión para comprobar que no hay problemas con más papel atrapado o con la tinta.
Algunas impresoras con pantallas LCD nos indicarán posibles errores (conviene consultar el manual). Además, los cartuchos de tinta puede que al pararse de improviso se queden ligeramente manchados. Conviene revisarlos y limpiarlos en caso necesario con alcohol isopropílico y una gamuza, dejando luego un tiempo de secado adicional para evitar problemas añadidos.
Aunque no es habitual que la luz se vaya mientras imprimimos (y menos aún que sea por nuestra culpa), es interesante pensar en hacernos con un SAI (Sistema de Alimentación Ininterrumpida) para el equipo. Además de servirnos para la impresora, también nos permitirá no perder ningún documento en el que estemos trabajando en el ordenador, teniendo tiempo de sobra para guardar el trabajo, terminar de imprimir y apagar todo el sistema sin riesgos. Su precio es variado (depende de la cantidad de energía que acumulan y el tiempo que nos dan antes de descargarse), pero a partir de unos 80 euros podemos contar con modelos que nos darán unos 5 minutos de margen.
TRUCO 8. Coloca con cuidado el papel de impresión
El dorso del papel fotográfico no absorbe la tinta de impresión (en los papeles de mejor calidad, como los que tienen capa de resina o satinados), con lo que quedará sin secarse y puede ocasionarnos graves problemas, tanto en la impresora como en los alrededores de la misma. Lo primero, debemos cancelar el trabajo que hayamos enviado para evitar males mayores (si hemos colocado mal una hoja, seguramente haya más errores).
Y, a continuación, retiramos el papel con la tinta lo más suavemente posible para no manchar nada alrededor, para lo que usaremos guantes (ya sabemos que la tinta se elimina mal de la piel) o, al menos, papel de cocina o similar que absorba la tinta en caso necesario.
Y, a continuación, retiramos el papel con la tinta lo más suavemente posible para no manchar nada alrededor, para lo que usaremos guantes (ya sabemos que la tinta se elimina mal de la piel) o, al menos, papel de cocina o similar que absorba la tinta en caso necesario.
La tinta sobrante debemos quitarla del papel rápidamente tirándola en una bolsa cerrada y llevándola a reciclar, como hacemos con los cartuchos. Y, sobre todo, cuanto antes nos libremos de ella, tenemos menos posibilidades de provocar otro problema. Por último, una vez que todo esté limpio y en orden, comprobamos que el resto de las hojas están bien colocadas para volver a iniciar el trabajo de impresión.
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